Los Andes

La comunidad rockera de Puno abre espacios para la interculturalidad.

Los “viernes sangrientos� no son una novedad en la ciudad de Puno, pero sí habían dejado de darse por un largo tiempo, y aunque el rock siempre estuvo presente desde los años 70, a partir del 2000 entró en letargo e incluso agonizó en los últimos tiempos.
El presidente de la comunidad rockera de Puno, Rolando Aliaga, refirió que las grandes bandas dedicadas al rock no encontraron público asistente en sus presentaciones, pero que hallaron en su música la realidad que viven las poblaciones, por lo que fomentaron el apego y la cultura musical.
Dijo que el rock renació de lo más profundo de las calles y buscó en la juventud el respaldo a la música, pues orienta a una libertad con control, y busca un beneficio para las poblaciones que se sienten olvidadas.
Indicó, además, que la Comunidad Rockera de Puno busca congregar a las diferentes agrupaciones de rock en diferentes géneros, de modo que la población los conozca y valore el tipo de cultura que proponen, que se centra en tener una mirada crítica de la realidad.
Rolando Aliaga, de igual modo, manifestó que los lugares que fomentan la música rock son el bar Antojitos y Ekekos bar, donde se les permite desarrollar presentaciones a las 27 bandas existentes en la provincia de Puno.
Por otro lado, refirió que muy pocas autoridades apoyan este tipo de presentaciones musicales, que brinda un espacio de relajo y esparcimiento hacia las personas que gustan de la música, razón por la cual solicitaron a la autoridad municipal se cree momentos recreativos en el Teatro Municipal.
“Las bandas de rock ayudan a fomentar la cultura musical y permite que los jóvenes puedan incursionar en el mundo artístico, para no sumergirse en otras adicciones�
Rolando Aliaga
Presidente de la Comunidad Roquera de Puno