La goleada inevitable que se nos viene


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Escribe: Cruz Silva Del Carpio | Deportes - 08 Oct 2017


Hay un equipo que le está jugando en contra al Perú desde mediados del 2015. Y lo que están poniendo en juego no es la clasificación al Mundial Rusia 2018 -vaya que la necesitamos-, sino, algo tanto o más relevante para el país.

¿Recuerdan cada vez que un familiar o un amigo se queja por lo mal que le ha ido en algún juicio de deudas o de alimentos? ¿Recuerdan cuántas veces hemos visto con indignación que se liberan a investigados por delitos como narcotráfico o lavado de activos? ¿O la diferencia de trato a ciertos políticos? Todos sabemos cuáles son los efectos de esas decisiones a corto y largo plazo, decisiones que se dan en todas las cortes del país, año tras año, en diversos casos. El costo es invalorable: que quienes no se lo merezcan sean absueltos por esos funcionarios, que la ley sea selectiva, que varios derechos queden desprotegidos.

Siempre hemos estado mal en ese aspecto, se tienen pendientes urgentes que lograr (a pesar de los varios planes de reforma judicial y fiscal), pero siempre se puede estar peor. Y eso es lo que está pasando, a pesar de que estamos “en democracia”. La calidad de la elección de jueces y fiscales ha retrocedido a pasos agigantados desde que se conformó el nuevo Consejo Nacional de la Magistratura en mediados del 2015… algo que contrasta con la estrategia de marketing del propio CNM, que trata de ocultar lo que está mal en la institución.

Aquí algunas razones: la impunidad en la que aún está el bochornoso caso de la vacancia del ex consejero Quispe Pariona en el 2015 (“será inmoral, pero no es delito”), donde la decisión del CNM solo llegó luego de que varios congresistas pidieran su remoción y la sociedad civil hiciera un escándalo; el permiso (contra la ley) de que un consejero del CNM hoy en funciones ejerza a la par como decano de su colegio profesional (a pesar de que el cargo de consejero es exclusivo); la elección de cuatro cuestionados jueces supremos a finales del 2015.

Uno de esos jueces es César Hinostroza Pariachi, quien luego de que el CNM anterior le dijera 7 veces “NO” a su postulación por (entre otras razones) no declarar la compra de una casa que su esposa realizó en Miami cuando estaban casados, se le ocurrió pedir al Tribunal Constitucional (TC) que lo nombre ¡fiscal supremo!, sin importarle que la Constitución reconoce esa función de nombramiento de magistrados solo al CNM. Su inconstitucional pedido llevó en el 2014 al choque entre el TC (en ese entonces altamente cuestionado también) y el CNM, para que finalmente se recondujera al cauce constitucional con un remozado TC que confirmó su no elección tal como indicó el CNM.

Pero la historia no queda ahí, Hinostroza mintió en su última postulación a la Suprema, fue al autor de un megaplagio denunciado por IDL-Reporteros (que ha quedado impune), pero nada de esto bastó para que el nuevo CNM, en contra de todo, lo nombrara entre bombos y platillos. Y para colmo, ¿cuál es el primer gran aporte de Hinostroza como Presidente de la Segunda Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema? Poner en jaque la persecución del delito de lavado de activos. Esa fatal sentencia que ahora fiscales y abogados penalistas identifican como un serio retroceso, en contra de una clara línea jurisprudencial de la suprema, fue elaborada y sustentada por Hinostroza, quien por cierto tuvo como uno de sus abogados cuando quiso ser fiscal supremo, al abogado Castillo Alva, identificado por medios de comunicación como el asesor de los Sánchez Paredes.

Pero hay más casos: el CNM acaba de nombrar el mes pasado como juez penal en Cajamarca, a un juez provisional a quien la OCMA solicitó abrir investigación hasta por tres presuntas inconductas funcionales, por la forma como resolvió el caso de la violación de una menor de edad por su propio padre. Al momento no se sabe qué fue de la denuncia disciplinaria que PROMSEX presentó contra la Sala antes presidida por el juez Villa Stein por sostener criterios de impunidad en un caso de trata de personas; ni tampoco se sabe qué fue del proceso de vacancia sobre el consejero Morales Parraguez (cuya demora, por cierto, comienza a deslegitimar la acción del CNM y abre paso a suspicacias sobre la oportunidad de su futura acción).

Todo esto puede ponerse peor.

Al inicio hablamos de una goleada al Perú y es la siguiente: el CNM acaba de cometer más de una ilegalidad al permitir concursar a más de un candidato a pesar de contar con incompatibilidades legales. Para eso cambió su reglamento interno en julio de este año, “olvidando” que un reglamento no puede ir en contra de una ley (la Ley de la Carrera Judicial), y dejando concursar como resultado de su osadía a personas cuyo trabajo preocupa más. Una de ellas, la jueza Benavides, ha sido bastante cuestionada por cómo ha tramitado casos de violación a los derechos humanos.

Preocupa también que uno de los que están avanzando en este concurso en el que el CNM pretende nombrar a 4 jueces supremos más, sea uno de los jueces con cuyo voto se eliminaron las investigaciones de la Megacomisión sobre Alan García en una decisión que promovió la impunidad. Un concurso ilegal de jueces supremos está en marcha, estando a la cabeza de los resultados de la evaluación personas políticamente cuestionables. Justo como sucedió en el 2015, cuando el CNM también comandado por Guido Águila eligió mal quién debe ser Supremo.

Si a eso le sumamos la posibilidad de que la salida del consejero Morales Parraguez puede hacer ingresar al CNM a María Zavala, otrora alta funcionaria del régimen aprista, el cuadro de nuestras preocupaciones se completa y súper bien. ¿Qué quedó de las promesas de los actúales consejeros por generar una mejor justicia? ¿Cómo quedarán los casos Lava Jato y otros de lavado de activos (que pueden incluir los de narcotráfico) luego de sus funestas decisiones? Con Hinostroza Pariachi ya estamos viendo las consecuencias de las decisiones de un CNM que debe estar ya en la mira de los congresistas que quieran hacer parar esta goleada que se le viene al Perú.

Esta semana se acaba el plazo para presentar las tachas contra los candidatos que han quedado en el concurso. Más allá de las tachas lo que toca es, a la luz de las ilegalidades cometidas por el actual CNM en este concurso de supremos, parar esta convocatoria hasta que las garantías estén dadas. Y a su vez, llamar a los consejeros al Parlamento, porque tienen muchas cosas que explicar en varios de los casos expuestos acá que, de acuerdo a la ley, merecen sanción. Recuerden: los nuevos 4 supremos van a definir el talán dentro de los siguientes años de cómo van a ser juzgados por la Suprema casos como Lava Jato y otros de criminalidad organizada. Se viene también en el 2018 la elección de un nuevo Presidente del Poder Judicial, cargo al que ya se están entusiasmando algunos viejos conocidos. Elegir mal es entregar el país a la impunidad de esos delitos y todo lo que eso significa. Y eso hay que evitarlo.


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