Los Andes

El sistema capitalista neoliberal que domina al mundo por 70 años y que tiene a EE.UU. a la cabeza, viene pasando por una terrible crisis, y más ahora, que la economía de Grecia se declaró en quiebra y está a punto de retirarse de la Unión Europea, para volver a manejar su propia moneda, así como por la reciente declaratoria de Puerto Rico de que su deuda externa es impagable.

El neoliberalismo o sistema capitalista que impuso Estados Unidos luego de la Segunda Guerra Mundial sufre un revés inédito. Dos amenazas se presentan para iniciar con el conteo de los últimos días de esta corriente económica que enriquece a los ricos y empobrece a los pobres.

ECONOM�AS EN BANCARROTA

La primera amenaza para el declive del neoliberalismo en Europa es la reciente caída de la economía griega, país europeo que tiene la mayor cantidad de deuda externa según el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el 177% en referencia a su Producto Bruto Interno (PBI); en tanto que en América la viene iniciando Puerto Rico, que ya se declaró en quiebra.

Sin embargo, Grecia solo representa el 2% de la economía de la Unión Europea (UE), ¿cómo, entonces, podría comprometer para la caída del sistema neoliberal o capitalismo? Para algunos expertos y exfuncionarios del Fondo Monetario Internacional, la caída de Grecia es significativa.

Esto porque la salida de Grecia de la moneda europea (Euro) y volver a dinamizar su sistema financiero con su moneda nacional sería un precedente peligroso para la Unión Europea, pues otros países con deudas gigantescas podrían realizar la misma acción y abandonar la alianza.

Esta decisión podría resquebrajar la Unión Europea de naciones y condenarla a su extinción, por lo que no sería conveniente dejar que Grecia abandone este ente internacional; sin embargo, los mil 600 millones de euros que tiene como deuda parecen obligar a Grecia a tomar semejante decisión.

Haciendo una rápida revisión de la deuda externa que tienen los países europeos, Italia es quien sigue, con el 132.1% de su PBI; Portugal tiene una deuda de 130.2%; Irlanda, de 109.7%; Chipre, de 107.5%; Bélgica, de 106.5%; España, de 97.7%; Francia, de 95.2%; Reino Unido, de 89.4%; y Croacia, de 85%.

Si Grecia decide abandonar la moneda europea, los analistas temen que se produzca un efecto contagio. Como consecuencia, los inversores podrían sucumbir al pánico y empezar a sacar capitales de otras economías frágiles, lo que empeoraría la situación.

En tanto, Puerto Rico, país centroamericano que es en sí un Estado más de los Estados Unidos, ya declaró que su deuda externa es impagable, pues la producción interna no genera las ganancias necesarias como para cubrir los 73 mil millones de dólares que le adeuda al FMI.

Por tal motivo, su gobernador, Alejandro García Padilla, solicitó al gobierno de los Estados Unidos que le dé una protección financiera para poder negociar con sus acreedores, tal como lo hizo con Nueva York y Detroit, hace algunos años atrás.

Este hecho es otro factor negativo para el sistema neoliberal y la encrudece aún más. Según los especialistas, la única manera de parar la crisis norteamericana y de la Unión Europea es una eventual guerra, posiblemente destruyendo a Rusia y sus aliados.

Pero Grecia, con una deuda de 177% de su PBI, no es el país que tiene la mayor deuda externa; hay países que superan su deuda en más del 300%. Japón, por ejemplo, que debe el 400% en relación a su PBI; Países Bajos (Holanda), con 325%; y EE.UU., con 233%. Rusia es la que menos debe, con 65%; le sigue Brasil, con 29%; y China, con el 4%.

A estas alturas, Grecia no es el único país en declararse en la bancarrota, meses atrás ya lo hicieron los países de Sudán, Somalia y Zimbabue. Estos países podrían formar un club de deudores para poder negociar las formas de pago de su deuda, plantean exaltos mandos del FMI.

NACE LA BRICS

La segunda amenaza para la anunciada muerte del neoliberalismo y el fin del FMI y el Banco Mundial, es la creación del Banco de Desarrollo del BRICS, una alianza estratégica de las economías emergentes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Esta es una decisión histórica, ya que reducirá la dependencia del mundo de las instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, y permitirá distanciarse del dólar estadounidense al establecerse una nueva moneda y un nuevo orden mundial.

El Banco tendrá un capital inicial autorizado de 100 mil millones de dólares y un capital suscrito de 50 mil millones de dólares, que será compartido por igual entre los fundadores. La sede principal de la BRICS estará en Shangai (China) y tendrá un centro regional en Sudáfrica.

El propósito del Banco de Desarrollo del BRICS es la movilización de recursos para financiar proyectos de infraestructura y proyectos destinados a apoyar el desarrollo sostenible de los países BRICS y otras economías emergentes en todo el planeta.

Además, en la última cumbre del BRICS, se firmó un acuerdo sobre el establecimiento de un conjunto de monedas de reserva por un valor de 100 mil millones de dólares. El acuerdo es para dar liquidez a través del canje de moneda en respuesta a la necesidad real o potencial para los países, en función de la balanza de pagos de un Estado, a corto plazo.

El país que presida los BRICS será el coordinador del bloque. El próximo año Rusia va a ocupar el cargo, obteniendo una posibilidad más para transmitir a Occidente que Rusia u otros miembros del BRICS no van a aceptar un mundo unipolar; por ello, los líderes de los 5 países del BRICS sentaron las bases de un mundo multipolar.

Muchos expertos comparten la opinión de que un sistema de esta índole es muy importante, ya que gran parte de las tenencias de los países en desarrollo de los países BRICS se invierten en acciones y bonos estadounidenses. Pero ahora tienen posibilidades para retirar esos fondos y destinarlos en sus propias entidades.

Podemos concluir que el mundo unipolar, el mundo al estilo estadounidense, tiene los días contados. Los países con suficientes capacidades, fuera del ámbito de ser meros satélites estadounidenses, empezaron a crear alianzas regionales fuertes que están exigiendo cada vez más atención a sus intereses y están dispuestos a defenderlos, incluso con una guerra.