Los Andes

Las fuertes precipitaciones pluviales son incontenibles para la urbanidad puneña. Las estrechas calles céntricas se convierten en ríos y los ciudadanos que transitan, lamentablemente, tienen que andar en medio de las corrientes de agua que bajan de las partes altas, siendo lo más lamentable que los buzones de desagüe comienzan a “reventar�, lo que causa un pestilente aroma; además, parece que se hizo costumbre que cuando cae una fuerte precipitación pluvial, el suministro de energía eléctrica es interrumpido, perjudicando a las personas que trabajan con equipos computarizados en las diferentes dependencias públicas y privadas. Mientras tanto, las calles se tornan muy peligrosas por la arremetida de los maleantes que, sin control, cometen sus fechorías, porque la ciudad es abandonada a su suerte por los efectivos policiales.

Los más perjudicados son los visitantes nacionales y extranjeros, quienes desean deambular por los principales lugares turísticos; no obstante, por las calles inundadas, la presencia de cacos, la irrupción rauda de las unidades vehiculares que hacen servicio de taxi (los que lo hacen mal), además de las chorreras de las casas, no pueden hacerlo. Entonces hace falta focalizar los problemas de la ciudad de Puno cuando se presentan precipitaciones pluviales fuertes y trabajar para mitigar los efectos que esta situación climática tiene contra los ciudadanos.

La autoridad municipal dijo que ya se tiene la viabilidad para cambiar las tuberías matrices de agua en la ciudad de Puno, lo que implicará la rotura de la capa de concreto o asfáltica. Entonces la ciudadanía organizada podría solicitar que, como una forma adicional al proyecto de cambio de redes primarias, se reestructuren las características de las calles y que se habiliten cunetillas. Además, los ciudadanos puneños no podemos vivir casi siempre con los olores nauseabundos que emanan los buzones colapsados. Otro problema se presenta en algunos sectores del Centro Poblado menor de Salcedo, donde varios jirones semejan a grandes ríos y los vecinos tienen que caminar como patos, y es que algunos vecinos inescrupulosos se apropiaron de las torrenteras y construyeron bloques de cemento que impiden el cauce de los ríos tradicionales, lo cual provoca aniegos y serios perjuicios a la vecindad en cuestión.