Los Andes

Hay gente que busca beneficiarse de la incertidumbre y poca claridad de los planes de gobierno. Como se dice en los medios de comunicación, la agenda del presidente regional está repleta. Todos quieren, sin embargo, hacerse notar y transmitir el mensaje “por si acaso, yo también te apoyé�. No obstante las recomendaciones que hacen los analistas, que piden al gobierno regional contratar a los “mejores técnicos�, como rotulando que los mejores están en otros lados y no dentro del mismo movimiento.

Lo cierto es que el presidente debe seguir haciendo política. Si bien ha terminado la campaña electoral y la guerra de partidos, la política continúa hacia las alianzas, negociaciones, estrategias políticas, que buscan estabilidad y gobernabilidad. Para ello deben buscar dentro y fuera, no solo los mejores técnicos, sino también a los buenos políticos, y crear una sensación de buen inicio, de escucha a partir de la práctica de la concertación, y de escucha organizativa a fin de recoger las inquietudes de todos los puneños.

Los gobiernos regionales y municipales, de ninguna manera deben descuidar el componente político, menos mostrar vacíos políticos, pues estos automáticamente se convierten en una lluvia de críticas. Estos van desde aquellas nacidas del resentimiento, la bilis, hasta aquellas objetivas y sensatas. Estos deslices van yapando y adornando la imagen de una gestión. En un tono positivo o negativo, según sea las señales mostradas a la población. De no ser controladas ponen en apuros a los políticos.

Si no hay señales de confianza y no se tiene claro qué terreno pisar, la lealtad y el compromiso se desvanecen. La cotidianidad hace de la suya y las gestiones se convierten en unas más del montón. Lo normal es que un presidente regional ingrese con cierta popularidad y gran expectativa. Juan Luque ha empezado su gestión con 56% de respaldo; el reto siempre es mantener y superar ese porcentaje. No ofreciendo, cabe precisar, sino haciendo. Hasta ahora las señales no son del todo buenas. Luque ha generado una sensación de continuismo con la designación de Juan Cayro Rojas como Gerente General; una sensación de irresponsabilidad al designar su consejero delegado, porque al fin y al cabo, como dicen sus seguidores, tienen que apostar por su gente. Asimismo, ha generado un sobresalto de nepotismo al designar al nuevo director regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur), así como una sensación de vacío técnico al designar personajes en su gran mayoría desconocidos y con poco reconocimiento social. Finalmente, el presidente regional ha dejado una sensación de improvisación al designar directores de UGEL, que por cierto no aceptaron los cargos.

Sin embargo, como el mismo presidente lo anunció, dará cuentas de su gestión cumplido los 100 días. Así pues, es muy rápido juzgar. Por lo pronto, a Juan Luque le resultaría cómodo mantener las dietas y sueldos de su antecesor, modificar el reglamento del consejo regional con énfasis en la fiscalización, involucrarse ‘full time’ en las festividades de la Virgen de la Candelaria y carnavales, ‘jalarse’ a los mejores técnicos de la región y fortalecer alianzas, y sobre todo iniciar obras de infraestructura que generen “chamba� para la gente.