Los mejores y últimos... ¿El PCR una realidad o un imaginario?


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Escribe: Saúl Bermejo Paredes | Cultural - 11 Aug 2013


En algún punto del camino nos percatamos de que no sabíamos tanto como habíamos pensado; de que nuestras ideas no eran tan originales como habíamos supuesto y por consiguiente, a más de cinco años de la vigencia del Proyecto Curricular Regional (PCR) de Puno, se dispuso su evaluación; sin embargo, pudo más la arrogancia y la ineptitud. La soberbia que esconde la incapacidad o falta de conocimiento para enfrentar situaciones, nos hizo afirmar que es la única e insuperable experiencia pedagógica a nivel del país. Pero, cuando reiteradamente los resultados de los niveles de logro de los aprendizajes ubican a Puno en el sótano del ranking nacional cae la vanidad y se devela la vergüenza, la realidad. La esencia siempre está detrás de la apariencia. Paradójicamente, somos los primeros en haber construido un currículo sui géneris, no obstante; somos los últimos en los resultados de los aprendizajes, ¿estamos obstinados a sostener lo insostenible?, ¿es lícito cacarear como la gallina luego que pone un huevo o nos damos cuenta que ésta carece de raciocinio?.

Es necesaria una profunda reflexión que permita la redefinición de conceptos y propuestas. Se requiere evaluar respecto a cómo son los procesos de cognición en los niños andinos, cómo transcurren los procesos curriculares y qué aspectos son nuestras fortalezas y debilidades, cuál es la experiencia en diseño y elaboración de medios y materiales educativos, los procesos de evaluación de los aprendizajes, uso de estrategias de aprendizaje-enseñanza en primera y segunda lenguas, capacitación y especialización de los docentes, etc., etc. Hoy la versatilidad de los cambios supone, adaptabilidad-cambio tanto en las personas como en las organizaciones sociales. No se produce ni tolera ninguna permanencia. Toda realidad social es dinámica, un flujo de cambio de velocidades, intensidades, ritmos y tiempos.

La humildad es la conciencia que tenemos acerca de lo que somos. No supimos ser humildes como los finlandeses por ejemplo, que hoy lideran las pruebas PISA en el mundo. La sencillez y la apertura al cambio permanente han hecho que las personas y las sociedades alcancen sus metas. ¿Pero qué obra puede tener calidad sin ser corregida?, ¿qué hombre puede inspirarse sin educación o qué funcionario es capaz de liderar el sector educación sin tener la preparación y la experiencia necesarias?. Si el sujeto cree en la eternidad de las ideas y obras está ciego y acéfalo. La ceguera y la ineptitud se ciernen sobre los objetivos estratégicos, sobre las inquietudes como una capa negra cubriéndolos y ahorcándolos en la confusión y el fracaso. No se sabe casi nada sobre los resultados y trascendencia de la aplicación del PCR, pero sí es evidente el retiro sistemático de instituciones educativas que no desean trabajar bajo su marco; peor aún, se dejó a Puno (al PCR en particular) sin una propuesta alternativa frente al nuevo Marco Curricular Nacional y las rutas de aprendizaje establecidas por el Ministerio de Educación.

Todo hace pensar que abdicamos nuestros esfuerzos para volver al punto cero y otra vez cobra vigencia lo dicho por Tamayo Herrera que: el desarrollo de la educación en Puno se resume en el ensayo, fracaso y error. Esto nos obliga a repensar la lógica de la realidad, a situar los hechos como procesos y como estados entre lo imprevisible y lo previsible, entre lo impensable y lo pensable, entre la discontinuidad y la continuidad.

El PCR fue ideado colectivamente bajo el espíritu de la interculturalidad y las teorías socio-críticas, fundamentalmente. Hoy ha perdido vigencia, sentido y esencia: no es más que un instrumento para folclorizar nuestra cultura, sabiduría y conocimientos. Paradójicamente, sólo permite mirarnos el ombligo y añorar nuestro pasado histórico y no proyectarnos hacia el mundo y avizorar nuestro futuro. Se concibió para constituirse en un currículo alternativo respecto al Diseño Curricular Nacional (DCN) que apostaría por la descolonización y la transformación social, pero apenas se mantiene como una propuesta de diversificación curricular. Broma o verdad, la ministra Patricia Salas durante el intermedio de una reunión intergubernamental entre risas y comentarios manifestó que lo mejor del PCR puneño estaba en la forma de cómo se conciben las aulas escolares. Ésta anécdota podría constituirse en una de las radiografías de nuestro idolatrado PCR.

La interculturalidad no consiste en vestirse como lo hacían nuestros antepasados, no es enseñanza de lenguas aborígenes, no es rescate de costumbres, tradiciones y mitos u organizar festivales poéticos, artísticos, literarios, gastronómicos; tampoco es, tratamiento curricular en el aula o diseñar un currículo en una segunda lengua y/o lengua dominante para hablantes nativos o bilingües. La práctica intercultural sólo puede alcanzarse si se cumplen las condiciones de una perfecta simetría entre diferentes (cultural, social, económica, etc.), cuando sean capaces de coexistir en pie de igualdad. Por tanto, la interculturalidad va más allá del reconocimiento y la reivindicación de las diferencias culturales-lingüísticas o la educación pertinente; la fuerza de la propuesta intercultural se dirige a una refundación de la nación peruana (refundar el Estado-nación no significa eliminarlo, presupone reconocer en él capacidades de ingeniería social, de diálogo intercultural que implique la convergencia y movilización de universos culturales y voluntades políticas muy diferentes), vinculando la afirmación de plurinacionalidad/unidad, con formas efectivas de ejercer ciudadanía, de modo equitativo, si es que el Perú reclama ser democrático.

Tener presente la equidad como objetivo es obligación de toda democracia y pilar fundamental para aspirar a un desarrollo humano y sostenible. En palabras sencillas: queremos el PCR para salir de la pobreza-marginación, para hacer viable la igualdad de oportunidades, y no para desenterrar muertos y vivir añorando el pasado histórico.

Estamos convencidos de que la injusticia social se basa en la injusticia cognitiva. El mundo es mucho más amplio que la comprensión occidental, es momento que nuestros conocimientos, experiencias y sabiduría desarrolladas en nuestras tierras en cientos de años y milenios sean aceptados y compartidos por el mundo en general. Es inadmisible calificar de ignorante a todo aquel que no responda a una lógica del progreso lineal del conocimiento. La reflexión intercultural contempla tanto la diversidad como la globalidad emergente, reconociendo que ambas se constituyen simultánea y recíprocamente.

El PCR entonces, debió de contribuir al desarrollo emergente de nuestras racionalidades haciéndole frente a toda teoría que desmerezca a nuestros pueblos y culturas, y su modo de vida y conocimientos. Pero cayó en manos de quienes son financiados por la Unión Europea: CARE Perú. La Unión Europea y otros centros de poder como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID-Washington EE.UU.) trazaron programas para países como el nuestro, bajo la etiqueta de “desarrollo con identidad”, cuyo enfoque no va más allá del denominado “fortalecimiento de los pueblos indígenas”. Tanto la Unión Europea como los EE.UU. aplastan cualquier intento que desafíe el orden mundial impuesto por ellos. Bajo este control, es muy difícil que países emergentes puedan aspirar a los mismos niveles de calidad de vida que ellos ostentan. Todo está controlado sistemáticamente.

Así en Puno, nadie puede publicar un libro a través de CARE si previamente no es revisado y modificado por el comité editor que ellos tienen. Entonces, ¿por qué se permite dirigir a CARE la educación puneña?, ¿es casual que el director de la DRE-Puno (2011-12) provenga de las canteras de CARE?, o ¿CARE ha encontrado en el Gobierno Regional de Puno un alma piadoso que les permite justificar las remuneraciones de sus trabajadores?, o ¿Puno no tiene mentes y líderes que puedan trazar junto a la sociedad civil su propio itinerario en lo que respecta a educación?. Siendo la educación el catalizador más poderoso para el desarrollo humano no puede estar en la responsabilidad de una ONG, ni tampoco en manos de algunos “especialistas” que deciden el qué y el cómo de la educación. Las políticas educativas consistentes reclaman la participación social plena de todos los actores del colectivo puneño. La participación social debe ser la garantía de su eficacia.

Es más, las teorías socio-críticas de las cuales se nutriría el PCR han quedado petrificadas cual letras en una lápida. Estas teorías sostienen que los educadores deben formarse y comprometerse con la causa de la lucha contra la deshumanización que representa el capitalismo transnacional, por medio de diversos aparatos ideológicos, entre los cuales se encuentra la escuela. Por eso, la educación debe exponer las contradicciones del mundo real contra el mundo de las apariencias representado por la cultura dominante. En ese proceso, la pedagogía crítica -que objeta el marxismo y las teorías liberales-, debe ser el principal instrumento para el desarrollo de una “conciencia crítica” entre los pobres, debe permitir pronunciarse sobre el modelo de sociedad que se desea construir y sobre el tipo de ciudadano que se ha de formar en ella.

Se anuncia desde el Gobierno Regional de Puno que se adquirirán 4,000 lap tops -aun cuando algunos consejeros regionales denunciaron públicamente una sobrevaloración- para destinarlos a los docentes que lograron los mejores aprendizajes en el marco del PCR. ¿Cómo se determinará qué docentes de los más de 20,000 que laboran en Puno lograron con este cometido?, ¿será a través de la hoja de coca?, pues debe saberse que los aprendizajes no son colectivos, sino individuales e internos. En un salón de clases, a pesar del mejor desempeño docente no todos los estudiantes llegan a desarrollar idénticamente las mismas capacidades y actitudes.

Algunos estudiantes aprenden sin mucha dificultad, otros medianamente y otros presentan dificultades de aprendizaje. Además, es imposible que un maestro determine si un alumno aprende o no, por cuanto el aprendizaje no es visible, aun cuando se “destape” el cráneo de una persona no podríamos “ver” el mecanismo de su aprendizaje, sólo la persona que aprende puede decir conscientemente si aprende o no, por eso el aprendizaje es un proceso interno de construcción de conocimientos. El conocimiento no se aprende, se construye. Es innegable el uso de computadoras como una herramienta de trabajo en el proceso enseñanza-aprendizaje; pero, no pueden distribuirse de este modo, se requiere previamente haber “polinizado” la mente del profesor para asegurar un trabajo eficiente en el aula. Si un docente no tiene bases teóricas, epistemológicas, filosóficas sólidas no puede garantizar un buen desempeño en el aula sólo con el uso de las TICs. En educación -casi siempre-, la teoría antecede a la práctica.

En el Perú, fue Alan García (desde el pueblo de Arahuay) en el 2007 que intentó dotar de computadoras personales a estudiantes y profesores y en América Latina, Uruguay logró destinar a cada estudiante y profesor una computadora, transcurrido los años ahora tenemos un cementerio (montones de chatarra) de estos aparatos sin mucho valor. En Puno región se han distribuido como 40,000 computadoras OX a los estudiantes de educación básica, sin conocerse nada hasta ahora sobre el impacto en la enseñanza-aprendizaje. Con estas experiencias poco positivas ¿realmente vamos a contribuir a asegurar la calidad de la educación y el buen uso de los recursos del Estado?.

El magisterio requiere de políticas más integrales que involucren a todos los docentes en general sin generar subjetividades ni exclusiones. No sólo conviene atinar el reparto de las computadoras sino las políticas educativas en nuestra región. Por otra parte, es imposible pensar que una instancia como la DRE-Puno que trata de generalizar el PCR en la región Puno, implemente acciones a su favor de la manera más desorganizada e irracional. Se ha convocado a los docentes del ámbito regional para desarrollar un diplomado en el PCR. El diplomado se desarrolla en un ambiente único donde los más de 200 participantes -completamente hacinados-, se organizan en grupos de 20, 50, 70 o más integrantes para tratar de concretar los objetivos del evento. Pero, ¿qué evento académico bajo esas condiciones puede surtir sus efectos? o ¿acaso todo es una suerte de improvisación y desatino total en la gestión educativa?. Es increíble, pero cierto. El PCR bajo esta práctica de implementación, y sin presupuesto alguno, se diluyó. Es sólo un imaginario, un recuerdo para quienes apostamos por su dinamismo y viabilidad.

Esta caída libre del PCR puede tener efectos no sólo pedagógicos, sino también sociales y políticos (el ideario político de la actual gestión del Gobierno Regional Puno descansa en los mismos principios del PCR) al haber desperdiciado una oportunidad histórica para el desarrollo y bienestar del pueblo puneño. Las consecuencias más funestas de estos desaciertos y letargos recaen en los niños más pobres, cuyas familias tienen la esperanza de una vida digna. Pues la educación, es la única garantía para reducir la pobreza y las desigualdades, es la mayor fuerza impulsora del desarrollo económico y social. La educación está vinculada con la democracia, los derechos humanos, el ejercicio pleno de la ciudadanía y las libertades fundamentales.


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