Por: Eusebio Arcaya Mucho
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Comprendiendo que nuestro presente es un producto histórico, desde el cual a su vez se construye el futuro; en el marco de la democracia, que permite el ejercicio de la identidad y la conciencia ciudadana, como juleño, participo en esta fecha memorable rindiendo un homenaje a Juli, la “Pequeña Roma de América”, capital de la provincia de Chucuito. En ese sentido, saludo a todos sus habitantes, forjadores del desarrollo, progreso y resistencia ante la discriminación y desigualdad económica, y a aquellos que trabajan permanentemente por mantener la cultura aimara de nuestros ancestros del Perú profundo.
A los pueblos se les honra con ideología, con principios, con lucha y con programas de Gobierno. En resumen: obras son amores. Recuerdo con mucha gratitud haber sido elegido regidor de la Municipalidad Provincial de Chucuito-Juli los años 1981,1982 y 1983, cargo que cumplí con responsabilidad histórica, sin percibir dieta, es decir, en forma ad honórem, con el señor alcalde provincial que en vida fue Zacarías Cárdenas Zapana.
En aquel entonces no se recibía dinero por concepto de canon minero; venía del Gobierno Central poco presupuesto; sin embargo, durante esa gestión, se adquirió para la ciudad de Juli un local para la Filial de la Universidad Nacional del Altiplano (Programas de Turismo y Antropología), que funcionó por dos años. Actualmente, en buena hora, ocupa dicha infraestructura el Instituto Superior Pedagógico Público de Juli.
Aquella gestión que atravesó diversos problemas, entre ellas la huelga de 72 horas, pidiendo que no se traslade el único motor de luz eléctrica que teníamos para la ciudad. El pueblo de Juli, reunido en el atrio de la Catedral, eligió y envió a la ciudad de Lima una comisión integrada por los regidores: Abel Torres Cornejo, Eusebio Arcaya Mucho, Zenaida Espezúa Bustinza y Glicerio Carrasco, quienes cumplieron con gestionar la creación del Instituto Superior Pedagógico Público de Juli, la restitución de la Supervisión Provincial de Educación de la provincia de Chucuito (que atravesó varias instancias, como el Area de Desarrollo Educativo, y la Unidad de Supervisión Educativa).
Asimismo, se compró del Dr. Alipio Velasco un local en la calle Juli para el Seguro Social; se adquirió de la familia Pampacata, en el barrio Santa Cruz, un local para la Cooperación Popular, donde actualmente se encuentra instalada la UGEL Chucuito-Juli. Se adquirió, asimismo, un local del señor Oscar Velazco, para la Biblioteca Municipal, en el jirón Manuel A. Quiroga, a la salida a Pomata.
Es honroso recordar que en ese periodo ejercieron cargo de regidores los señores Gregorio Claros Chucuya, José Paniagua y el que en vida fue Sabino Mamani Cortez. En homenaje a Juli, capital de la provincia, pregunto:
¿Cuándo van a realizar la obra del Teatro Municipal de la calle Lima?
¿Cuándo van a construir el local del Módulo Básico de Justicia en la avenida El Puerto, en el terreno que el municipio de Juli adquirió del señor Lizandro Iturrey?
De esta manera, rindo homenaje a todas las autoridades municipales, educativas, políticas y al soberano pueblo en su conjunto, que cumple un rol trascendental en la historia de la región y el país.