A sus 29 años, Rony Iván Vargas Quispe fue enviado a prisión de por vida por violar a una menor de 13 años. El hecho fue motivo de denuncia pública; sin embargo, lo que no se informó es que, mientras daba rienda a sus bajos instintos, nunca consideró que estaba por destruir a su propia familia y dejar sin padre a su menor hijo.
Todo por algunos minutos de placer enfermizo. Por esta razón, vale la pena desvelar algunos detalles del proceso y del hecho. Si se examina el comportamiento de Rony, se cae en cuenta de que se comportó como un depredador a la espera de su víctima, una menor de 13 años a la que apenas conocía.
LA CITA
A las 14:00 horas del 2 de octubre del año 2020, la menor de iniciales H.S.F.S. (13) recibió una llamada. Desde el otro lado, alguien le dijo: “Aló, amor, ¿dónde estás?”, y luego la convenció para encontrarse en la calle.
En el centro poblado La Rinconada, en Ananea (San Antonio de Putina), hay pocos lugares para pasear o caminar, pero de todas maneras ambos se dieron tiempo para ir por allí y por allá, por un espacio aproximado de dos horas. De alguna manera (la fiscalía no profundizó) el varón convenció a la menor para ir al hospedaje Señor de Huanca.
EL ABUSO
Tan pronto tuvo a la menor a su disposición, aseguró la puerta, la empujó a la cama, le bajó el pantalón y procedió a ultrajarla sexualmente. Tras esto, la menor regresó a su casa conmocionada, sin saber si denunciar o no denunciar el hecho, pero una nueva llamada del varón, justo en presencia de su tía, la motivó para contarle a esta lo sucedido y acudir a la comisaría sectorial.
LA NEGATIVA
Cuando se dan este tipo de hechos, lo usual es que el varón argumente que la relación sexual fue consentida y que desconocía la edad de la víctima; pero tras la denuncia, Rony quiso negar absolutamente todo.
Ya en pleno juicio, dijo que el día y la hora de la supuesta violación estaba trabajando en una explotación minera. Para intentar demostrarlo, presentó papeletas de entrada y salida en la misma fecha en que se dio el abuso.
Sin embargo, la fiscalía consideró que él pudo sacar las papeletas a pedido, puesto que la fecha de emisión es posterior a la denuncia.
EL TESTIMONIO
A pesar de su negativa, el testimonio de la menor lo sepultó, pues pudo describir a Rony y el lugar de los hechos con todo detalle. Los exámenes periciales, además, demostraron que hubo acceso carnal, así como se examinaron restos seminales en las prendas de la adolescente.
A esto se agregó el testimonio de la tía, quien escuchó la llamada de Rony, quien le dijo: “Por qué no vienes, estoy con ganas”… y una frase que es irreproducible por este medio. Es decir, que a medida que era enjuiciado, poco a poco no pudo argumentar que la desconocía o que nunca se dio una relación sexual.
En tanto, para la fiscalía y para el Poder Judicial, si ambos tenían una relación previa, poco importaba. Lo que sí importaba fue que, siendo un varón de 25 años, sometió a una menor que entonces tenía trece años de edad.
Ya como un manotazo de ahogado, Rony trató de despertar compasión en el juzgado afirmando que al estar en la cárcel dejaba solos a su menor hijo y a su pareja; sin embargo, la pregunta que surge es: ¿Qué pensaba de ellos cuando buscó a una adolescente?.
