A pesar de ser una de las regiones más importantes del sur del país, Arequipa se ubica entre las últimas en ejecución presupuestal durante el primer semestre del año. Según el portal de Transparencia Económica del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), hasta el 6 de junio, el Gobierno Regional de Arequipa (GRA) de Rohel Sánchez ha ejecutado el 26.9 % de su Presupuesto Institucional para proyectos, lo que la coloca por debajo del promedio nacional de los gobiernos regionales, que es de 30.8 % y de casi todo el sur del país, superando solo a la región de Apurímac.
En contraste, la región Ica ha logrado comprometer el 42.2 % de su presupuesto total, con más de S/ 112 millones ejecutados de los S/ 266 millones asignados. El gobernador Jorge Carlos Hurtado Herrera encabeza una administración que ha superado ampliamente el desempeño de Arequipa, pese a contar con un presupuesto considerablemente menor.
La región Madre de Dios, con Luis Otsuka Salazar como autoridad regional, muestra un avance similar. Con un presupuesto que apenas supera los S/ 200 millones, ya ha ejecutado S/ 82.5 millones, lo que representa un 41.2 % del total. A pesar de sus limitaciones logísticas y geográficas, el nivel de inversión pública es mayor que en Arequipa.
Moquegua también destaca. La gestión de Gilia Gutiérrez Ayala ha logrado ejecutar el 39.6 % del presupuesto asignado. Con S/ 96.4 millones comprometidos de un total de S/ 243 millones, la región supera por más de 12 puntos porcentuales el rendimiento de Arequipa. En Ayacucho, el gobernador Wilfredo Oscorima Núñez reporta una ejecución de 38.9 %. La región ha invertido más de S/ 326 millones de un total que supera los S/ 837 millones.
Esta cifra refleja un ritmo de gasto superior, incluso cuando se administra un monto mayor al de Arequipa. Tacna, por su parte, alcanza un 38 % de avance en su presupuesto regional. Luis Torres Robledo lidera una administración que ha devengado S/ 117 millones de los S/ 308 millones programados.
Aunque el presupuesto total es inferior, la ejecución es significativamente más alta que en el caso arequipeño. La región Puno, bajo la dirección de Richard Hancco Soncco, presenta un avance del 29.9 %, con más de S/ 236 millones invertidos de un total cercano a los S/ 792 millones. Si bien no se aleja mucho del porcentaje de Arequipa, también supera su nivel de ejecución.
En Cusco, el gobernador Werner Salcedo Álvarez ha logrado un 28.4 % de ejecución, con S/ 270 millones comprometidos de un presupuesto de S/ 954 millones. La diferencia es menor, pero el ritmo de ejecución también es más favorable que en Arequipa. Solo Apurímac registra una ejecución menor. La región, administrada por Percy Godoy Medina, ha alcanzado apenas un 24.5 %, con S/ 100 millones ejecutados de los S/ 411 millones asignados.
Es la única que se ubica por debajo de Arequipa en el sur del país. En comparación con estas regiones, Arequipa, que debería contar con mayores capacidades técnicas y un presupuesto más amplio, aún no logra despegar en términos de ejecución. Los fondos disponibles continúan sin trasladarse en su totalidad a obras públicas concretas.
Las necesidades de mejora en hospitales, mantenimiento vial, y ampliación de servicios educativos, especialmente en provincias como Caylloma o Castilla o La Unión, siguen sin atenderse plenamente, mientras otras regiones del sur avanzan con mayor eficiencia.
GESTIÓN REGIONAL
La gestión del gobernador Rohel Sánchez en el Gobierno Regional de Arequipa (GRA) sigue acumulando cuestionamientos, no solo por su escasa capacidad de ejecución, sino también por las decisiones administrativas que ha tomado. El 2025 será un año sin obras de gran envergadura para Arequipa, lo que confirma una preocupante parálisis en sectores clave como infraestructura, salud y educación.
Durante la primera audiencia pública de rendición de cuentas de este año fiscal, realizada en la plaza principal de Cabanaconde, el gobernador reconoció abiertamente que no se culminará ninguna obra emblemática en 2025. La única promesa reiterada fue la culminación del puente Arequipa–La Joya y de la vía La Nueva Molina para agosto, ambas arrastrando demoras y complicaciones en la ejecución. Este panorama refleja una gestión que, a casi dos años de iniciada, no ha sido capaz de consolidar ni una obra de impacto.
Sánchez ha responsabilizado a los recortes presupuestales, S/ 101 millones menos en presupuesto ordinario y S/ 103 millones de canon minero para 2025, aunque los problemas van más allá del dinero. La falta de planificación, la rotación constante de funcionarios y las malas decisiones en contrataciones han mermado la posibilidad de avances sostenidos.
Una de las controversias más graves estalló cuando se adjudicaron dos proyectos viales por más de S/ 264 millones a consorcios vinculados con la empresa venezolana Inversiones Dímika C.A., la cual acumula denuncias por presuntas irregularidades y uso de documentos falsos. Se trataba de la vía Huambo–Majes, valorizada en S/ 178 millones, y de la vía Jachaña–Caylloma, por S/ 86 millones.
Ambos contratos fueron cancelados y continúan en un proceso de licitación incierto. A esto se suma el inusual dinamismo en el cambio de autoridades: más de 200 rotaciones en gerencias, subgerencias y jefaturas, especialmente en áreas neurálgicas como Infraestructura, Planeamiento y Salud. La inestabilidad ha afectado directamente la conducción técnica de los proyectos y ha impedido establecer equipos sólidos para sostener las metas trazadas.
Cuando se le critica por la falta de obras emblemáticas, Rohel Sánchez responde que su periodo se extiende hasta 2026 y pide ser juzgado recién en diciembre de ese año, asegurando que “todo está encaminado” y que los presupuestos de 2025 y 2026 ya se encuentran comprometidos. Sin embargo, los hechos no respaldan ese optimismo.
OBRAS DE SALUD SIN FECHA
Uno de los principales compromisos del GRA fue concluir los hospitales Maritza Campos y Camaná. El primero tiene un avance del 58.3 % y un presupuesto proyectado de S/ 150 millones, pero en 2025 solo se ejecutarán S/ 15 millones. El segundo está en peor situación: solo hay S/ 1.4 millones garantizados, pese a requerir más de S/ 20 millones.
Ambos proyectos se encuentran detenidos y dependen de la aprobación de sus respectivos expedientes de saldo de obra y adiciones de presupuestos. Los centros de salud de Chala y Cotahuasi, también paralizados, cuentan con asignaciones de S/ 4.5 y S/ 4.3 millones respectivamente, pero sus avances son mínimos y se proyecta recién su culminación en 2026. La recuperación del sistema de salud regional sigue postergada.
Del nuevo Hospital Goyeneche, adjudicado por S/ 540 millones vía Gobierno a Gobierno, no hay información clara sobre su avance. El megaproyecto del IREN Sur sigue entrampado por la falta de derechos sobre el terreno en Umapalca (Sabandía), tema que depende exclusivamente de la Municipalidad de Arequipa.