A sus 22 años, Shirley Michal Condori Gonza fue enviada a prisión donde espera su sentencia por el homicidio de Guido Álex Quispe Valeriano (24). Detrás de su crimen una trama de celos, doble vida e hijos abandonados explica la tragedia.
MALA CONDUCTA
Shirley ya era madre al cumplir los 18. El padre de Guido se enteró que su hija (la de Shirley) estaba al cuidado de su abuela, desde que la joven se embarcó en una aventura destinada a terminar muy mal.
Dos meses antes de la tragedia, Shirley se fue de su casa. Se hospedó en un hotel y, tras unos días, alquiló la habitación ubicada en la avenida Simón Bolívar de la ciudad de Macusani, el escenario del crimen.
Era en realidad un nido de amor de “contrabando”. Guido Quispe colaboró con las frazadas que le robó a su padre, así como detergente que sustrajo del negocio familiar además de algunos enseres.
DOBLE VIDA
Guido Quispe, el “joven Alex”, tal como algunos lo llamaban por su segundo nombre, llevaba una doble vida. Alternaba sus noches de pasión con Shirley a sus veladas de padre de un menor que procreó con una joven de iniciales E.Y.Q.
El padre de Guido quiso, de alguna manera, corregir la situación. Buscó a la madre de Shirley y conversó con ella. “Ella está separando a mi hijo de mi nuera”, le decía a la señora, masticando su frustración.
CELOS MORTALES
Los celos son ideas; no pesan ni tienen volumen ni tienen color, pero, en los quehaceres humanos, llegan a manifestarse con una puñalada en el corazón. Fue un cuchillo con mango de madera, de esos que usan las madres para cocinar, que atravesó el pecho de Guido, perforando su corazón. Bastaron 3 centímetros para matarlo.
Con muy pocas opciones, el abogado de Sheyla quiso salvarla de prisión argumentando que ella se defendió de una golpiza originada por una discusión sobre el pago del alquiler. Sin embargo, las pesquisas revelaron de que Sheyla moría de celos (mejor dicho, mataba por celos) al recordar que Guido tenía una familia y ella había abandonado a la suya.
Es decir, él tenía a su esposa y su hijo y ella solo lo tenía a él Bastaba que alguien llame al celular del joven para que se desate una fuerte pelea, tal como se recoge en las declaraciones ante los efectivos policiales.
NOCHE FATAL
Una de esas peleas se dio la noche del 23 de mayo del 2025. En la fría ciudad de Macusani, la pareja clandestina se mostró en un local público. Shirley no quiso decir qué local exactamente, pero contó que bebieron Ruskaya en compañía de 7 amigos y, en un punto de la reunión, se desató otro conflicto.
Shirley dijo que él le reclamó por contarle sus problemas a una de las amigas. Aparentemente Guido la agredió en este lugar, pero el abogado de Shirley sostuvo que esa agresión se dio en su “nido de amor”. Como sea, cerca de la una de la mañana del 23 de mayo, ambos estaban en el interior de su habitación.
Se debe recordar que la policía apenas encontró dos bolsas de ropa y pocos objetos, lo que pone el foco de la atención sobre el cuchillo. ¿Cómo es que llegó allí si no había nada qué cocinar? Guido Quispe estaba ebrio mientras Shirley estaba bebida de celos. Los exámenes de los peritos indicaron que, en un punto del enfrentamiento, ella empuñó el cuchillo, pero solo le causó una herida en el muslo.
En el segundo intento es el que acertó en el corazón. El examen forense estima que el joven falleció a las 3:30 de la madrugada. Algunos vecinos avisaron a la policía y cuando estos llegaron, encontraron el cuerpo sin vida sobre la cama.
Estaba donde había caído. Aparentemente no intentaron ayudarlo. En tanto, Shirley, aún dentro de la habitación, se enfrentaba con la realidad de haber segado una vida y malogrado la suya en un momento de cólera.
